me da igual que las lágrimas de Elsa Fornero -Ministra de Trabajo italiana- mientras explicaba públicamente el plan de recortes -duro plan de recortes para Italia-; fueran de verdad o de cocodrilo. lo que me deja pasmado, es contemplar esta realidad extraña, como si todo se fuera a derrumbar ante nuestros ojos de un día para otro. y nos decimos, "pero no puede ser, esto no puede estar pasando". y día tras día asistimos a cosas que no pasaban nunca. ministros llorando, presidentes que acaban de ganar unas elecciones mudos y abatidos, con fondo además de navidades y comercio, para darle a la cosa ese toque de esperpento. de realidad patética reflejada en espejos cóncavos.