Han pasado años desde que abandoné este diario, incluso si siempre he tenido las ganas de hablarle de nuevo. Me parece que la última vez que escribía en estas páginas líquidas aún vivía en París. Decidimos marcharnos
au bout du monde, a una ciudad
conradiana llamada Brest. Ya volveré imagino sobre esto, si logro tener una cierta regularidad en estos escritos para comentar esta decisión. Por ahora simplemente estas palabras antes de salir al mercado, un nuevo
caro diario para afirmar que estoy aquí presente una vez más.